Por: Wilber Oviedo
La sociedad cambiante del mundo de hoy, ha conllevado al hombre a adoptar nuevos modos de vida y por ende adaptarse a ellos en la misma medida que estos surgen a su paso. La comunicación es uno de los aspectos que mayores transformaciones ha sufrido, pudiéndose afirmar que a diario cuenta con una novedad en su funcionamiento.
La revolución digital se ha apoderado de cualquier gestión o sistema de acción que incluya el comportamiento humano, es decir, los constantes avances tecnológicos apuntados por la famosa “Globalización” brindan a las personas muchísimas bondades que facilitan cualquier proceso al cual se sometan.
Toda esa amplia gama de herramientas han arrojado una extrema comodidad a la comunicación humana, las distancias se han acortado y en este sentido pareciera que los límites se hubieran extinguido. Ante toda la realidad planteada, surge una interrogante: ¿Dónde queda la esencia del ser humano para llegar al otro?
Pareciera que los individuos se han ido robotizando poco a poco, hasta el punto de existir relaciones virtuales y en la cotidianidad hace uso de un lenguaje que bien pudiera ser de otro planeta. Internet, correos electrónicos, telefonía celular de avanzada, web pages, periódicos digitales, vienen a ser una parte de las herramientas que ofrecen los aportes de la globalización.
Se evidencia a la comunicación en un cambio hacia un futuro de desarrollo y expansión de múltiples logros y beneficios en el diario devenir de las personas, donde se vislumbra un perfeccionamiento en las condiciones para llegar al otro de una forma óptima y eficaz en el menor tiempo posible.
Una importante área de la comunicación la constituye el periodismo, quien de manera directa ha tenido que ajustarse a los cambios operados por la nombrada revolución tecnológica, considerando que de allí se derivan todas las informaciones que colocan a los individuos a la par del acontecer mundial y por ende debe apoyarse en la innovación para el logro inminente de sus objetivos.
Ante tales planteamientos, resulta necesario reconocer que el periodismo apunta hacia un estilo cada vez más digitalizado, adaptado a las exigencias del mundo de hoy, dispuesto a adoptar cualquier herramienta que le permita ser un fiel representante de la globalización.
Estamos ante el nacimiento de un periodismo futurista, apoyado en tecnología de avanzada, donde el material humano quizás llegue a ser una especie de ordenador ante la presencia de las diversas herramientas, que con el paso vendrán a sustituir al hombre en sus funciones.Queda en manos de las personas, en este caso los periodistas, prepararse adecuadamente para enfrentar positivamente los retos del mañana, demostrando así que cuenta con el mejor nivel de formación para comunicar eficazmente, es decir, desarrollar con éxito la labor para la cual se han comprometido con la sociedad.
