Por: Gioconda Brun
En el siglo pasado, el internet hizo su presencia en el mundo penetrando en nuestras vidas, transformándolas por completo y generando poco a poco cambios radicales en las comunicaciones. Este nuevo tipo de tecnología basada en la información y la comunicación han modificado nuestras vidas personales y profesionales, trastornando radicalmente las formas de acceso al conocimiento y el aprendizaje, las formas de comunicación y el modo de relacionarnos. El mundo se ha globalizado y cualquier información la tenemos tan sólo a un clic, estamos frente a una Aldea Global (Mc Luhan).
Según Castells (1997), este procesamiento y transferencia de información se está convirtiendo en agente de poder y utilidad en la “sociedad informacional”. Este cambio social, proporciona al ser humano tal cantidad de información y tan rápida que en muchas ocasiones el procesarla resulta en extremo difícil.
Los usos y aplicaciones de las nuevas tecnologías conllevan al comunicador social a nuevos retos y desafíos y han modificado su papel dentro de la sociedad. El periodista tiene en internet una herramienta valiosa para su trabajo, debe hacer lo que ha hecho hasta ahora, pero mejor, es decir, recopilar información, jerarquizarla, procesarla y difundirla con celeridad.
Hay que estar conscientes que este tipo tecnología, se presta en algunas ocasiones para el delito, como el plagio y el facilismo en la investigación (bajar, copiar, pegar). La ética como norma deontológica debe estar por encima de todo. Por lo tanto, se requiere de un manejo responsable.
La penetración de las nuevas tecnologías permite a cualquier medio estar en condiciones de transmitir, en vivo, sucesos ocurridos en los rincones más alejados. Y es precisamente cuando el comunicador social juega un papel trascendental, al hacerle comprender a la sociedad, que la información es vital para poder vivir en democracia.
Esta conjugación de información y saber, es lo que permite al periodista transmitir información oportuna, interactiva, universal, simultánea, libre y personalizada.
En el siglo pasado, el internet hizo su presencia en el mundo penetrando en nuestras vidas, transformándolas por completo y generando poco a poco cambios radicales en las comunicaciones. Este nuevo tipo de tecnología basada en la información y la comunicación han modificado nuestras vidas personales y profesionales, trastornando radicalmente las formas de acceso al conocimiento y el aprendizaje, las formas de comunicación y el modo de relacionarnos. El mundo se ha globalizado y cualquier información la tenemos tan sólo a un clic, estamos frente a una Aldea Global (Mc Luhan).
Según Castells (1997), este procesamiento y transferencia de información se está convirtiendo en agente de poder y utilidad en la “sociedad informacional”. Este cambio social, proporciona al ser humano tal cantidad de información y tan rápida que en muchas ocasiones el procesarla resulta en extremo difícil.
Los usos y aplicaciones de las nuevas tecnologías conllevan al comunicador social a nuevos retos y desafíos y han modificado su papel dentro de la sociedad. El periodista tiene en internet una herramienta valiosa para su trabajo, debe hacer lo que ha hecho hasta ahora, pero mejor, es decir, recopilar información, jerarquizarla, procesarla y difundirla con celeridad.
Hay que estar conscientes que este tipo tecnología, se presta en algunas ocasiones para el delito, como el plagio y el facilismo en la investigación (bajar, copiar, pegar). La ética como norma deontológica debe estar por encima de todo. Por lo tanto, se requiere de un manejo responsable.
La penetración de las nuevas tecnologías permite a cualquier medio estar en condiciones de transmitir, en vivo, sucesos ocurridos en los rincones más alejados. Y es precisamente cuando el comunicador social juega un papel trascendental, al hacerle comprender a la sociedad, que la información es vital para poder vivir en democracia.
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